Deliciosa es tu piel, que con solo verla deseo tocar.
Ansioso me ves pasar a la espera de tu saludo,
nada digo ya que no me atrevo.
Insistente es tu presencia ya que un
solo instante de verte basta.
Estudio tus ojos, tus parpados caidos,
tu mirada triste pero vivaz.
Ladino es el destino que me obliga oirte,
a sentirte y a ver como tus labios
buscan desesperados los labios de otro.
Abatido me siento al verte ya que es
mi cobardia la que gana.
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