viernes, 5 de noviembre de 2010

Imagenes

Miro una lata que oficia de cenicero abra unas 20 o 30 colillas de
cigarrillos amontonadas una sobre otra, algunos son cigarrillos de filtro
blanco en donde se observa el delicado dibujo dejado por el rouge de unos
deliciosos labios ya rojos sin la necesidad de ningún colorante, los
surcos blancos dejados por los pliegues de una boca.
La suave coloración dejada por un vino tinto, esa estela de color violeta
que queda luego de tomar
Un cachetazo, un golpe de electricidad que nos da un toma corriente mal
puesto, la caricia insolente de una puta, la mirada perdida de alguien que
nos ama. El pavor que produce amar a alguien, el pavor que produce el
rechazo, la desubicacion, la mentira.
Pitar de un cigarrillo hasta morir, hasta que el pecho duela, no saber
contener la vida, no saber contener la necesidad de expresarse no
encontrar las palabras para tratar de decir algo que no sabemos decir.
El aburrimiento, la constante monotonía de seguir y seguir para que los
días transcurran iguales sin ningún altibajo ni bueno ni malo, preferiría
que cosas malas sucedan a cambio de que no suceda nada.
Una mancha sobre una remera nueva, una mancha sobre una remera vieja.

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