viernes, 5 de noviembre de 2010

Naufrago

Algún día.
Estoy en algún día, de algún mes, de algún año que ya no me interesa saber
Lo que mas deseo es poder fumar. Lo único que se iguala a el deseo de
fumar es el de sentir nuevamente la cálida y suave piel de una mujer sobre
mis brazos,  sentir el aroma de su pelo, entremezclar mis dedos en una
magna cabellera o con la punta de mis dedos dibujar sobre su cuerpo miles
de figuras para finalmente hundirme en su ser y sentir como se
estremece.
 
Algún otro día.
Los malditos pájaros que no logro cazar me despiertan. Los sonidos que
generan no son en absoluto agradables, son chirridos que se asemejan a
gritos de dolor o de angustia. He  confeccionado un precario artefacto que
me permite cazarlos para luego como es lógico comerlos y en muchos
casos los mato con el único fin de dejar de escuchar sus
insoportables gritos de lamento.
 
Jueves o tal vez viernes.
Me encuentro aquí en la soledad de mi isla ( e decidido que me pertenece
ya que soy el único ser racional que la habita) y me pregunto repetidas
veces que será de todos aquellos que alguna ves me rodearon, lloraran de
manera inconsolable la perdida que se les a producido en sus vidas o serán
felices sin mi a su lado, sin mis quejas, sin mis lamentos, sin mis
insoportables reproches. Yo por mi parte debo reconocer que la falta de
aquellos seres solo me produce placer.
 
Importa realmente el día en el que estoy.
Observo mi cuerpo desnudo y finalmente me doy cuenta de que ya no me
produce pudor el no tener nada que lo cubra, ya no hay nadie que mire
horrorizado mi cuerpo privado de forma y de gracia. Soy finalmente libre.
Debido a que mis palabras dejan de tener importancia porque no hay nadie
que las escuche dejo de escribir.
 

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